Entre la ornitofauna es de destacar, sin duda, la notable presencia del buitre leonado o común. Otras rapaces carroñeras como el blanco alimoche, que permanece en nuestra tierra de marzo a septiembre, o el escaso quebrantahuesos, gustan también de estos medios inaccesibles para gran cantidad de posibles depredadores.
Pero el roquedo de San Juan de la Peña está también habitado por negros cuervos y chovas piquirrojas, por avecillas rupícolas como el vencejo real, el colirrojo tizón, el gorrión chillón, el avión roquero o la garduña.
En invierno, el treparriscos deambula con habilidad por las más enhiestas paredes, tanto de forma ascendente como descendente. El pinar es el hábitat de numerosas aves forestales: picos picapinos, carboneros, garrapinos, herrerillos capuchinos, gavilanes, azores, agateadores, mosquiteros... que recorren los troncos, ramas y copas arboladas de estas selvas montañosas. Los sigilosos pasos de mamíferos como la gineta, la garduña o el gato montés pasan prácticamente desapercibidos.
Otro bosque de coníferas a destacar en el conjunto de San Juan de la Peña es el abetal seco. En el interior del abetal del Barranco de la Carbonera se escucha a menudo el reclamo del pito negro, el mayor de nuestros pájaros carpinteros. El agateador norteño, el piquituerto o el carbonero son algunas de las especies aladas propias de estos ambientes.
Al destacable elenco de especies vivas asociadas a los bosques de coníferas de San Juan de la Peña, hay que añadir las que viven y se desarrollan entorno a los bosques de frondosas y caducifolias. Tanto la encina como el quejigo fructifican en otoño, dando lugar a las bellotas que devoran con fruicción numerosos animales que viven en estos bosques como el jabalí o las palomas torcaces.
Textos sobre ornitología extraídos de la guía "Espacios naturales protegidos, Monumento Natural de San Juan de la Peña"
Foto de archivo general